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POESÍA 2



Otro

Una piel puede esconder otra,
recordé esto de un poema cuando
encendí un fuego sobre un campo de muerte.
Al menos para mí, parecía muerto.
Me sentí como un liberador de fuerza de vida
renovando los pastos dañados y moribundos.
En realidad, más yuyos que pasto,
pero sin embargo, la flora estaba muerta.
Despellejé la piel con la llama sagrada
y volví todo negro de nuevo
como si llamara a la noche a que descendiera.
Del negro surgirá una nueva piel
sobre la que crecerá verde arquitectura a partir del vacío fértil.

Mientras las llamas desparramaban su encanto inviolable
vi tu cara desparramándose en mi mente.
¿Te acuerdas del fuego que encendimos?
Yo esperaba que sacara una nueva piel
para nosotros también.
Por siempre vagará dentro mío
invariable a todas las transformaciones y movimientos.
(Einstein sonríe.) 

Una persona puede esconder otra,
pero detrás de ti, el amor está mudando una piel más gruesa
a través de la cual puedo ver.
Ninguna llama puede tocar su centro.
Ningún ojo puede explorar su memoria.
No quiero nada detrás tuyo en espera.
Los segundos pasan como niños creciendo 
entre fotografías.
No voy a olvidarte en los cambios.
Condenado con la memoria tan fina
que puedo trazar la palma de tu mano.
Puedo inhalar tu dulce aliento.
Puedo entretenerme en el peso de tus brazos.
Puedo escuchar tu voz exquisita
calibrar la vida con precisión celestial.

Un propósito puede esconder otro.
Oí esto mientras el fuego se apagaba
para dejar el aroma de la tierra húmeda
y las cosas que crecían.
Pude sentir mi amor descomponerse
volviendo al reino deshabitado
donde pertenece.
Donde pertenecen todos los corazones cuando
el amor se pierde, y el código de los puños mudos,
cerrados que se baten,
revelan la sabiduría de un otro.